13 de mayo de 2012

Diabetes y su alimentación

Como todos los problemas de salud que se pueden incrementar por una inadecuada alimentación la diabetes es un quebradero de cabeza para los que la padecen y para quien tiene en la familia un miembro con ella. Adecuar la alimentación al nivel de glucosa nos ayuda a un mejor nivel de vida

¿ Pero qué es la diabetes? es una enfermedad que incapacita al cuerpo para metabolizar o usar eficazmente los carbohidratos, las proteínas y las grasas. Cuando comemos, los alimentos (especialmente carbohidratos y frutas) se convierten en glucosa. Todas las células del cuerpo necesitan glucosa para vivir, pero la glucosa no puede penetrar en las células sin la intervención de la insulina. La insulina se produce en las células Beta, que están ubicadas en el extremo del páncreas.
Cuando comemos un pedazo de pan, una vez digerido se convierte en glucosa. La glucosa circula a través de la corriente sanguínea para alimentar a cada célula del cuerpo. La presencia de glucosa estimula las células Beta del páncreas para liberar insulina. La insulina llega hasta cada célula y actúa como una llave en sus receptores, con el fin de abrir sus puertas y dejar a la glucosa entrar. Si no hay insulina o los receptores de las células no funcionan, la glucosa no puede penetrar en las células y la persona afectada sufrirá de carencias de nutrientes.

En situaciones de especial gravedad o cuando el diabético no es capaz de regular su alimentación de forma espontánea, será necesario implantar una dieta que marque la pauta de la alimentación diaria.



Es necesario:
Controlar el nivel de la glucosa en sangre.
Mantener un peso adecuado.
Que la dieta aporte una cantidad adecuada de nutrientes esenciales.
Alcanzar o mantener un nivel de lípidos en sangre adecuados.
Favorecer el crecimiento normal en los niños.
Equilibrar los aportes de carbohidratos, proteínas y grasas.

Los carbohidratos se necesitan para obtener energía.
Las proteínas se necesitan, en primer lugar, como una fuente lenta y sostenida de energía y, en segundo, para construir músculos y tejidos.
Las grasas se necesitan principalmente como un depósito de almacenamiento para las necesidades futuras de energía.


Este método de planificación clasifica los alimentos de acuerdo a la forma en que afectan al nivel de azúcar en sangre. Cuando se elige una porción (o unidad de intercambio) de cualquier grupo, ésta tiene el mismo efecto en el azúcar en sangre, el mismo número de calorías y la misma cantidad de carbohidratos, proteínas y grasas, que las que se obtendrían de una porción de cualquier otro grupo de alimentos. El tamaño de las porciones es muy específico y se mide de forma diferente para diferentes alimentos.

Almidón y pan:

Son la principal fuente de carbohidratos.
Incluyen pan, cereales, arroz, pasta y verduras amidáceas.
Una porción es igual en calorías y carbohidratos a las calorías y carbohidratos de una
rebanada de pan.

Vegetales:
Son una fuente secundaria de carbohidratos.
Bajos en calorías.
Tienen abundante fibra.
La mayor parte de las personas necesitan más de los que comen.

Lacteos:
Es una buena fuente de carbohidratos y proteínas.
La leche desnatada tiene poca grasa y calorías.
La leche y el yogur son una fuente especialmente buena de calcio.
Una porción o unidad de intercambio es aproximadamente igual a una taza.

Carne y derivados:
Es la fuente de proteínas de mayor calidad.
La grasa y las calorías varían según el tipo de carne y la pieza.
Incluye el pescado, aves, huevos, queso y mantequilla de cacahuete.
Una porción es igual a unos 30 gr.

Frutas:

Son una fuente rápida de carbohidratos.
La mejor forma de tomarla es fresca.
El tamaño de la pieza es importante.
Una porción media equivale a 1/2 tazón.

Grasas saturadas:
Incluye aceites, margarinas, aliños de ensaladas, mayonesa, semillas y frutos secos.
A menudo son una de las principales fuentes del exceso de calorías.
Una porción es igual a una cucharilla de postre.